Al principio había una GRAN LUZ y
esta gran luz se sabía inmensa, hermosa y tenía todo el conocimiento, pero esto
último hacia que supiese que aunque tuviera todo el conocimiento, eso no era
suficiente para experimentarse en su total plenitud, pues es claro que ningún
conocimiento puede darnos aquello que la experiencia nos da.
Para completar su perfección, y
ya que la perfección era su naturaleza, ideo la forma de poder experimentarse a
sí misma en esa total plenitud propia de sí misma, decidió entonces dividirse
en cientos y miles de luces y de esa forma poder a través de cada pequeña luz
vivir la experiencia de cada una de ellas que era la suya propia.
Solo considero dos cosas para
este perfecto plan, primero cada luz tendría la libertad de existir como
deseara hacerlo y segundo al final de todo cada luz volvería a su origen pues
es obvio que al partir de ella todas eran ella misma.
De esta forma las pequeñas luces
comenzaron a existir y la GRAN LUZ se maravillaba con la existencia de cada una
de ellas y de la forma en que estás lo hacían, haciendo con cada una de sus
experiencias mas y mas perfecta a la gran luz, pues al permitirles existir como
ellas quisieran hacerlo la GRAN LUZ no juzgaba ninguna experiencia, más por el
contrario, toda experiencia vivida por ellas completaba su propia experiencia.
Así, la GRAN LUZ se dedico a
crear más y más luces en un eterno ir y venir a ella, y las pequeñas luces se
dedicaron a existir por y con cada una de sus experiencias y de esa forma nació
la creación más grande jamás hecha, nació la VIDA.
Pero de entre toda esa incontable
cantidad de luces apareció una pequeña luz que obviamente se sabía luz, se
sabía hermosa y bella, pero esta luz comenzó a sentir la necesidad de
experimentarse por completo, pues al verse rodeada de muchas como ella, no
podía evitar sentirse como una vela en el sol.
Así que decidió hablar con la GRAN
LUZ, y decirle cual era su inquietud, fue a su presencia y le dijo –Padre, sé que soy luz pero siento la
necesidad de experimentarme a mi misma y sentir eso que sé que soy- La gran
luz la miro y le dijo –alma mía yo sé lo
que tú sientes, aun antes de que puedas sentirlo y hay una forma en que puedes
lograr eso que quieres-
La pequeña luz muy emocionada le
dijo –de veras Padre, yo quiero hacerlo
para lograr sentir eso que soy- el Padre la miro tiernamente y le dijo –para que puedas lograr tu anhelo deberás
separarte de todas nosotras y ser oscuridad-
la pequeña luz miro al padre y le pregunto ¿y
que es oscuridad? y el Padre respondió –oscuridad
es eso que tú no eres- y la pequeña luz lo entendió.
Luego de escuchar esto, la
pequeña luz comenzó a sentir algo extraño en ella, algo que nunca antes había
sentido, y le dijo –Padre, estoy
sintiendo algo raro en mi, algo que no sé que es y no puedo explicarlo- el
Padre la miro y le dijo –sé que es lo que
sientes alma mía, eso se llama temor, pero no temas yo soy tu Padre-Madre y
siempre estaré contigo-
Así, la pequeña luz comenzó su
viaje por la oscuridad con el deseo de conocerse a plenitud a través de esa
experiencia, y en lo más oscuro de su viajar en el momento más negro de su
experiencia, cuando había perdido todo camino, alzo su voz al cielo y dijo, lo
que todas las almas dicen en esa profunda oscuridad –PADRE… PORQUE ME HAS ABANDONADO-
fue entonces que recordó la promesa del Padre y con eso recordó también lo que
era y se dijo –SOY LUZ-.
Así pues, se luz en tu oscuridad
y no la juzgues ni la maldigas, y no olvides quien eres mientras dure tu camino
por lo que no eres, mientras dure tu camino del no ser para poder ser, mientras
dure TU
CAMINO A CASA.