Hace algunos días, estuve conversando con unos amigos sobre
eso que se dice que “cada uno crea su propio destino”, sinceramente no sé si cada
uno crea su destino o alguna fuerza externa es quien determina eso que llamamos
“destino”.
Lo que si se es que todos tenemos un poder creador, ese que
nos permite hacer realidad las cosas que en verdad queremos hacer y lograr lo
que en verdad queremos lograr, partiendo de ese punto, bien podríamos decir que
si podríamos crear nuestro propio destino.
Pero más allá del “destino”, me gustaría
compartir algunas ideas en las que baso esta teoría loca, de que tenemos un
poder creador dentro de nosotros, y que este no necesariamente es de superhéroes,
x-men, santos o iluminados.
Estamos hechos a imagen y
semejanza del Creador (llámalo Dios, Padre, Divinidad, Fuente, Universo, Energía,
Papá lindo, o como más te guste).
Dios, Padre, Divinidad… es en
definitiva el creador.
Somos tres en uno (cuerpo, mente,
alma; consiente, subconsciente, inconsciente; ello, yo, superyó; padre, hijo, espíritu
santo; la sagrada familia, o como también te provoque llamarlos)
El proceso de creación procede de
estas tres partes de nosotros, dicho de otro forma, creamos en los tres
niveles.
Las “herramientas de creación”
son: el pensamiento, la palabra y la acción.
Toda creación comienza con una
idea (pensamiento), esa idea se dice (palabra) y eso que dices se hace (acción).
Lo que piensas pero no dices crea
en un nivel; lo que piensas, dices, pero no haces crea en otro nivel; lo que
piensas, dices y haces crea en un tercer nivel y se manifiesta en tu realidad.
Pensar, decir y hacer algo, sin
creer verdaderamente en eso, es imposible.
El proceso de creación debe
incluir la creencia, la fe, la certeza (o como quieras llamarlo), y esto debe
estar más allá de la esperanza, el azar, o el “a ver que pasa”.
Esta creencia es un nivel de
intensa gratitud, es un agradecimiento por adelantado, pues este es quizás el
punto más importante del proceso de creación, y no puede partir de ningún estado de
ansiedad, o de algún deseo de que las cosas “me salgan como yo quiero”, es simple
y sinceramente estar agradecido antes de.
Celebra y disfruta todo aquello
que creas y que has creado (consciente o inconsciente), rechazar cualquier
parte de eso es tanto como rechazarte a ti mismo; sea lo que sea que se
presente en tu vida como resultado de tu creación acéptalo, agradécelo, bendícelo;
nunca condenes tu creación pues eso también es tanto como condenarte a ti mismo.
Si hay algo de tu creación que no
disfrutas, pues bendícelo y cámbialo, crea nuevamente, elige nuevamente, piensa
en una nueva idea, di una nueva palabra, haz algo nuevo.
Y lo mas importante... has esto con y por AMOR.
Carlos Zubiate
Y lo mas importante... has esto con y por AMOR.
Carlos Zubiate
